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Por qué el proyecto de la segunda traza de avenida de la Costa es desperdiciar el dinero en infraestructura del pasado -y problemas del presente y futuro-

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La semana pasada la Municipalidad anunció orgullosamente que las obras de ensanchamiento de la avenida de la costa (E. Lopez) finalmente comenzarían. Se tardaron años en poner este proyecto en movimiento, debido a negociaciones con el gobierno nacional sobre el terreno donde estaban las trazas ferroviarias. Mucho tiempo. En especial para darse cuenta que este era un pésimo plan. Mientras las ciudades del mundo sacan calles y les dan otros usos, Rosario invierte en una autopista en plena ciudad.

Esto creará más tráfico contaminante, más autos estacionados ocupando el espacio público y no considera la movilidad del futuro. Lamentablemente la Municipalidad decidió apoyar esta idea del pasado sin darse cuenta que no pondrá a Rosario en movimiento, sino que de hecho, la inmovilizará.

Más espacio = más autos

Crear más espacio para los autos no mejorará la circulación, sino que incrementará el tráfico. El efecto es conocido como <demanda inducida, que económicamente hablando es cuando la oferta de algo (en este caso más calles) hace que la gente quiera más de eso. Aun cuando algunos ingenieros de tránsito tomaron nota de este fenómeno a principios de los 60, recién ahora los científicos sociales recolectaron los suficientes datos para demostrar que esto pasa prácticamente todas las veces que se construyen nuevas calles.

Estos descubrimientos implican que nuestros intentos tradicionales de reducir embotellamientos son esencialmente en vano, y que todos podríamos pasar menos tiempo atascados en ellos si pudiéramos pensar de manera más racional.

El fetichismo por el auto privado es tirar el dinero, y daña los fabulosos parques junto al río

Y si los políticos prefieren ser poco racionales, entonces que sean emocionales en cuanto a los parques junto al río. El mundo entero está celoso de los grandiosos espacios verdes junto al río que los rosarinos disfrutan. El único problema que tienen es que están separados del resto de la ciudad por una marea de autos pasando. Se hace dificil llegar hasta el río, especialmente a los jóvenes y adultos mayores que se les complica cruzar. Tiene total sentido sacar esas calles y crear más espacios inclusivos para las personas.

En vez de celebrar el gran éxito de sus parques, Rosario los pone en peligro al elegir autos por sobre la gente. Una decisión que se lamentará en los próximos años, después de invertir 48 millones de pesos que podrían ser usados para una movilidad pensando en todos. Muy seguido nos olvidamos que los autos particulares son producidos por empresas privadas y comprados por personas privadas. Sin embargo, Rosario tiene tal fetichismo con el auto que gasta increible cantidad de fondos públicos en calles y estacionamiento público (para los autos privados).

Invertir en una movilidad activa y limpia es invertir en el futuro. Intentemos!

Si, es hora de poner a Rosario en movimiento. Conectar la ciudad es por supuesto importante. Pero hay maneras más inteligentes, económicamente más redituables e inclusivas para hacerlo. Por ejemplo invirtiendo en buena infraestructura ferroviaria liviana (tranvías) y creando una infraestructura excelente y segura para las bicicletas, que invite a la gente a subirse a la bici. Especialmente en un año de elecciones uno esperaría proyectos con la visión de un futuro inclusivo. Es momento de tomar las decisiones correctas, y dejar de crearnos problemas para hoy y mañana.

Mario Raimondi & Jorn Wemmenhove

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